Tener éxito en una entrevista de trabajo y desempeñar tus labores en la empresa que tanto deseabas es toda una oportunidad de crecimiento profesional y personal. Sin embargo, todas las relaciones, en algún momento, deben terminar.
Según las leyes, ambas partes pueden dar por concluida una relación laboral: el empleado puede renunciar por voluntad propia o la empresa puede despedirlo. En cualquiera de los dos casos, es necesario cumplir con una serie de normas para evitar que los involucrados sufran el menor daño posible.
El Estatuto de los Trabajadores en España aborda tres tipos de despidos: por causas objetivas, improcedente/ nulo, colectivo y disciplinario. Para ejecutar cualquiera de los tres es necesario seguir un camino dibujado en las leyes; de lo contrario, la empresa estaría incurriendo en una irregularidad que terminaría en una sanción.
¿Qué es un despido procedente?
Si te preguntas qué es un despido procedente, te aconsejamos ir directo a las leyes para evitar ambigüedades. El Estatuto de los Trabajadores regula las formas de extinción de un contrato laboral desde el artículo 51 al 56.
El despido procedente es aquel que ocurre cuando una empresa tiene motivos resguardados en la ley para prescindir de los servicios de un empleado. Cualquier tipo de despido enmarcado en la ley puede convertirse en uno procedente.
El punto de partida en este proceso es que no es una empresa quien decide si el despido es válido o no, sino la sentencia de un juez.
¿Cómo se define que un despido es procedente?
Esta forma de despido se lleva a cabo dentro de un juicio, tras la impugnación del empleado con la empresa. Solo un juez puede determinar que se trate o no de una ruptura laboral procedente.
Generalmente cuando el empleado asiste al juzgado para demandar a la empresa por la decisión. En este caso, el empleador debe demostrar que siguió los pasos legales y existen motivos para el despido procedente.
Antes de iniciar el trámite, el empleado debe asesorarse con un abogado experto en derecho laboral para corroborar que se trate de una falta de la empresa; en ese contexto, asistir acompañado del jurista para impugnar la decisión injusta.
El empleado tiene 20 días hábiles, desde la comunicación del despido, para iniciar el procedimiento de impugnación.
¿Cuándo un despido es procedente?
Como mencionamos anteriormente, cualquier tipo de despidos puede convertirse en procedente; todo se basará en las acciones previa de la empresa.
Las causas del despido procedente varían según el tipo de despido. Aquí explicamos cuáles son las formas legales de cortar una relación laboral:
Despido colectivo
Este tipo de despido ocurre cuando la empresa presenta «causas económicas, técnicas, organizativas o de producción», según dicta el artículo 51, parte 1 del Estatuto de los trabajadores.
Estas cuatro vías justifican el despido pero, antes de llevarse a cabo el procedimiento, la empresa debe iniciar un ronda de conversaciones -que se debe notificar vía escrito previamente- con los empleados a sus representantes con una duración máxima de 30 días, o 15 cuando la empresa tiene menos de 50 empleados.
Extinción del contrato por causas objetivas
La ruptura laboral, en este caso, gira en torno a la ineficiencia del empleado en las labores asignadas. El artículo 52 del Estatuto de los Trabajadores especifica que ocurre por:
- Ineptitud del trabajador.
- Falta de adaptación del trabajador.
- Causas económicas, técnicas, organizativas o de producción.
- Inasistencia laboral, incluso justificadas pero intermitentes, que alcancen el 20 % de los días durante dos meses seguidos.
Despido disciplinario
El despido disciplinario es válido en las siguientes condiciones:
- Incumplimiento grave por parte del trabajador.
- Inasistencia consecutivas y sin justificación.
- Indisciplina en la jornada laboral.
- Ofensas físicas o verbales al empleador u otro compañero de trabajo.
- Abuso de la confianza.
- improductividad laboral constante.
- Asistir a la jornada en estado de embriaguez o bajo los efectos de estupefacientes en diversas oportunidades.
- Acoso racional, étnico, religioso, sexual o cualquier al empleador u otro compañero de trabajo.
Si la empresa comprueba ante la corte que el trabajador cumple con los requisitos establecidos previamente, en cualquier tipo de despidos aplicados, el juez dictará a su favor y lo convertirá en un despido procedente.
Si, por el contrario, el empleado demuestra que es objeto de injusticias laborales, el proceso será nulo, el empleado retoma su cargo y la empresa está obligada a pagar daños y perjuicios.
¿Un empleado recibe indemnización por despido procedente?
La indemnización por despido procedente solo es válida cuando se trata de un despido por causas objetivas y o colectivo. En cualquiera de las dos opciones el empleado recibe un pago por 20 días de sueldo por cada año trabajado. Tiene un máximo de 12 cuotas.
El empleado también tendría derecho a recibir el abono de finiquito que comprende: salario, horas extras, vacaciones y otros pagos exigidos, según la empresa.
Cuando el juez declara que un despido disciplinario es procedente, el trabajador no recibirá compensación.
Paola Chirinos es recultadora de personal y asesora de recursos humanos de empresas como Telefónica o Amazon. Dispone de más de 5 años de experiencia en este campo, habiendo liderado procesos de selección en diversos sectores.